sábado, 24 de octubre de 2009
Enamorada
Ser madre es sorprendente. Es un desafío, un renacer absoluto. La mujer nace y luego renace madre. Estoy convencida de que hay que intentarlo y lo quiero decir mucho porque lo dudé. Pasé por una duda fuerte y perturbadora cuando mi reloj comenzó a tictactear. Dudé, pensé y cuestioné mucho. Pero me lancé y hoy me siento una mujer nueva. El mundo tiene otros horizontes, mis días otras prioridades. Las alegrías son chiquitas y cotidianas y descomunales para el corazón. Me río mucho, mucho más!!! Todo tiene otro peso y todo se reubicó.
Es alucinante haber nacido como madre. Es alucinante que me hayas hecho madre. Yo te parí, nosotros te engendramos, vos nos elegiste y nos hiciste nacer. Te amo ojitos negros, desde el momento en que te sentí por primera vez. Desde adentro, desde que éramos dos en una, una en dos y tus movimientos nos comunicaban. Desde que jugamos juntas, revaloricé el juego y las carcajadas eternas. Volví a enredarme en las cosquillas, disfruto las escondidas y reabsorbo el mundo a través de tu mirada. Es alucinante estar descubriendo todo con vos, acompañarte y desojar todo juntos, vos, papá y yo. Con vos entiendo que la vida es mágica, compleja, rica, abundante, hermosa, inexplicable, enorrrrrrrme.
Quiero, quiero y quiero más! Todos los días quiero más de esta aventura que es la vida!
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